Los equinos presentan un tránsito intestinal fácilmente perturbable. Los cambios en la dieta, los parásitos, el estrés y la falta de agua son factores que comprometen la digestión. Curiosamente, los cólicos de obstrucción ligados a una demora en el tránsito son favorecidos por dos situaciones extremas: elevada temperatura o frío intenso
La exposición al sol y las temperaturas elevadas aumentan los requerimientos en agua debido a las fuertes pérdidas por transpiración y a la sequedad del pastoreo, cuyo contenido en MS es mayor. Además, el agua de los bebederos se calienta rápidamente, lo cual puede comprometer su consumo normal.
El frío intenso y las heladas disminuye la sed y la ingesta de agua. El consumo mayor de fibra para luchar contra las bajas temperaturas (la digestión de la fibra aumenta la producción de calor corporal) sumado a la menor ingesta de agua produce deshidratación del contenido intestinal. El agua de los bebederos no solo se enfría demasiado sino que puede llegar a congelarse volviendo imposible su ingesta.
Consecuencias identicas en ambas situaciones
La materia fecal se deseca en particular en el colon, principal sitio de reabsorción del agua intestinal y se vuelve progresivamente más seca y se endurece. En lugar de progresar hacia el recto, permanece en el colon y es responsable de la formación de un tapón intestinal llamado obstrucción..
El paro del tránsito se traduce sucesivamente por:
– emisión de heces duras
– disminución de la emisión
– paro total de eliminación
Este tipo de cólico no es violento: el caballo se echa, se niega a comer o empieza a rascar el suelo.
Estos cólicos son relativamente fáciles de aliviar mientras no sean secundarios a otra afección intestinal más grave.
Se resuelven solos o requieren intervención para eliminar el tapón.
El tratamiento consiste en ablandarlo y estimular el transito digestivo mediante el suministro de aceite mineral por sondo en el estómago o por enema de agua.
Este problema puede desencadenar cuadros más graves como desplazamiento del colon o distensiones gaseosas.
El verano y el invierno se caracterizan también por fuertes variaciones del medio ambiente, variaciones meteorológicas con amplitud térmica,tormentas, variaciones de presión atmosférica, ráfagas de viento. Todos estos fenómenos son suceptibles de perturbar el tránsito del caballo.
A veces el tratamiento no alcanza(generalmente porque no se actuó a tiempo) y se requiere una intervención quirúrgica.
Prevención
• asegurar la hidratación correcta tanto en invierno como en verano. Suministrar agua a temperatura normal y de calidad (libre de gérmenes)
• suministrar mash (ración cocida) regularmente ( 1 x semana) e incorporación de pequeñas cantidades de aceite vegetal en la ración para estimular el transito intestinal
• proporcionar algo de verdeo junto con el forraje seco o remojar el fardo sobre todo en época invernal cuando el consumo de agua es menor
• suministrar regularmente probiótico (cultivo de levaduras vivas) con la ración para mejorar la digestión de la fibra y mantener el pH intestinal
• observar diariamente la consistencia y aspecto de la materia fecal, que es un fiel reflejo de la buena salud intestinal
Nota por Catherine Rabau, Nutricionista Equina de Equidiet.
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